jueves, 15 de abril de 2010

Me gustaría reivindicar el derecho a sentir el romanticismo y el ensoñamiento de la primavera.
Será que llevo toda la semana melancólica (en el buen sentido de la palabra) y por eso pido desde aquí el apoyo a las causas perdidas.
Es agradable madrugar y saber que eres de los primeros en respirar la brisa de la mañana. Marcar cada paso con una canción que hace BANG! y fantasear con las lilas que cuelgan de las terrazas. Me imagino en una mañana igual tomando el té con Mademoiselle Clémentine y un largo vestido de puntillas.

[inciso para la realidad]

Vuelvo, y quiero ser mucho más alta para arrancar las flores de los cerezos y hacerme una corona que dure apenas un instante.
Ya lo sé, la primavera me pone sentimental. Es un nuevo tipo de alerg(R)ia.

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