¿Qué es ser REAL?- preguntó el Conejo un día en que estaban los dos tumbados al lado de la chimenea del cuarto de jugar, antes de que Nana empezara a recoger la habitación. ¿Significa que tienes dentro algo que suena y que fuera tienes un mango?
- Ser real no tiene que ver con la manera como uno está hecho- dijo el Caballo de Piel-. Es algo que te sucede. Cuando un niño te quiere durante mucho, mucho tiempo, y te quiere de verdad, no solo para jugar, entonces te convierte en REAL.
- ¿Y eso duele?- preguntó el Conejo.
- Algunas veces- contestó el Caballo de Piel, que siempre decía la verdad-. Pero cuando uno se hace REAL, no importa el dolor.
- ¿Y eso te sucede de repente, como cuando te dan cuerda, o poco a poco?- preguntó.
- No sucede de repente- dijo el Caballo de Piel-. Te vas convirtiendo lentamente. Por eso no les suele pasar a los que se rompen con facilidad, a quienes tienen el borde muy afilado, o a los que hay que tratar con mucho cuidado. Generalmente, cuando te has hecho REAL, ya casi no tienes pelo, has perdido los ojos, tienes las articulaciones flojas y estás muy usado. Pero nada de eso tiene ya importancia, porque cuando eres real no puedes ser feo, excepto para la gente que no comprende.
- Entonces, ¿tú debes de ser real, no?- dijo el Conejo, aunque enseguida se arrepintió de sus palabras, porque el Caballo de Piel podía sentirse molesto.
Pero el Caballo de Piel se limitó a sonreír.
- El tío del niño me hizo REAL- dijo-. Sucedió hace muchos años pero, una vez te has convertido en algo REAL, ya no puedes cambiar.
Es para siempre.
El Conejo de Terciopelo - Margery Williams