Allá en una isla del mar de la Trola,
vivía una princesa muy triste y muy sola.
Suspiraba llena de melancolía,
pensando en que alguien la salvara un día
Una cierta tarde, cuando paseaba,
Una cierta tarde, cuando paseaba,
ve un barco a lo lejos, que a ella se acercaba.
Era el rey de Jauja con un galeón,
Era el rey de Jauja con un galeón,
de seda las velas y de oro el timón.
-Bella princesita, mi reino te doy.
-Bella princesita, mi reino te doy.
Y ella le contesta: -¡Con usted no voy!
Pasaron mil fechas en el calendario,
y un día en un yate llega un millonario.
En el banco tiene millones a cientos
En el banco tiene millones a cientos
y en la Costa Azul, cien apartamentos.
Dice a la princesa: -¡Yo el mundo te doy!
Dice a la princesa: -¡Yo el mundo te doy!
Y ella le responde: -¡Pues aquí me estoy!
Más días pasaron -tal vez, años fueron
y llegó a la playa un viejo velero.
Lo manda un pirata que no tiene nada:
Lo manda un pirata que no tiene nada:
el día y la noche y la mar salada...
- Como soy tan pobre, yo nada te doy.
- Como soy tan pobre, yo nada te doy.
-¡Pues por ser tan pobre, contigo me voy!
Y Juntos se fueron en aquel bajel,
Y Juntos se fueron en aquel bajel,
por los siete mares de luna de miel.
Y aquí acaba el cuento del mar de la Trola
Y aquí acaba el cuento del mar de la Trola
y de una princesa que estaba muy sola.
Carlos Reviejo
Carlos Reviejo