Llueve a todas horas mojando los cristales y las hojas de los árboles, limpiándolo todo y a la vez ensuciándolo, retardando la llegada del verano. Aún así, cuando miro las hojas mojadas y aspiro el aire húmedo me parece que todo es rosa y azul. No sé por qué, pero prueba a cerrar los ojos y a sentir la lluvia de mayo en la cara y verás como el mundo, o al menos una pequeña parte de él, se llena de colores que huelen a hierba y recuerdos.
La vida debería ser así siempre, no solo en los días de mayo. Que cerrando los ojos todo fuera rosa, es más, que nuestros mejores recuerdos se presentasen otra vez disfrazados de colores para alegrarnos. Pero lo único que veo cuando al final abro los ojos, es el cristal de la ventana dibujado de gotitas de lluvia y una canción, que es lo único que queda de aquel recuerdo.
La vida debería ser así siempre, no solo en los días de mayo. Que cerrando los ojos todo fuera rosa, es más, que nuestros mejores recuerdos se presentasen otra vez disfrazados de colores para alegrarnos. Pero lo único que veo cuando al final abro los ojos, es el cristal de la ventana dibujado de gotitas de lluvia y una canción, que es lo único que queda de aquel recuerdo.
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