Cada momento vivido nos marca y mide nuestra vida pero no dejamos de ser unos turistas que están de paso. Nacemos, crecemos, aprendemos, amamos, lloramos y morimos. Cada instante de la vida de cada persona es único pero no deja de haberse repetido con anterioridad. Mi madre, me leía hoy su diario y veía como una mujer de cuarenta y tantos que yo creía que no podía entender lo que vivo, se había enamorado como una imbécil, había llorado y se había emborrachado como yo hago.
Por eso somos turistas de nuestra propia vida, porque aunque pensemos que todo es nuevo, es ya un destino y una parada gastada y obligada por miles de personas que a lo largo del viaje de la vida, han pasado ahí unas vacaciones.
Por eso somos turistas de nuestra propia vida, porque aunque pensemos que todo es nuevo, es ya un destino y una parada gastada y obligada por miles de personas que a lo largo del viaje de la vida, han pasado ahí unas vacaciones.